Canto I
Atenea aprovecha la oportunidad de que Poseidón está ausente en el monte Olimpo e intercede ante los dioses para pedir el regreso de Odiseo a Ítaca junto a su familia. Mientras tanto, Penélope es descubierta en su engaño para dilatar la elección de un nuevo esposo entre los pretendientes, los hijos de las familias más nobles del reino. La diosa se disfraza del anciano Mentor y se presenta ante Telémaco para darle valor y decirle que convoque a una reunión en el ágora donde expondrá que irá a Pilos y a Esparta para pedir a Néstor y a Menelao noticias sobre su padre.
Invocación del aedo* a la Musa*
Musa, hija de Zeus*, háblanos de Odiseo*, el fecundo en ardides*, y de sus desventuras luego de finalizada la guerra de Troya* por causar la ira de Poseidón*. Cuéntanos de cómo llegó disfrazado a su palacio en Ítaca* para vengarse de los pretendientes que acosaban a su esposa Penélope* y tramaban* la muerte de su hijo Telémaco*.
Atenea* intercede ante los dioses para pedir el regreso de Odiseo
Diez años habían transcurrido desde la finalización de la guerra de Troya* y todos los hombres sobrevivientes habían regresado a su hogar y disfrutaban de su gloria, a excepción de Odiseo que se encontraba cautivo en la isla Ogigia*. La ninfa Calipso* lo retenía allí con engaños porque estaba enamorada del héroe*.
Los dioses se encontraban reunidos en su palacio en la cima del monte Olimpo*. Solamente Poseidón se hallaba ausente porque había bajado al país de los etíopes* para asistir a una hecatombe* de toros y carneros en su honor.
Zeus, el padre de los hombres, se lamentaba de que los hombres reprochaban a los dioses los males que sufrían:
-¡Ay, cómo culpan los mortales a los dioses! Sin embargo, ¡cuántas veces son ellos mismos los causantes de su desgracia! Como es el caso de Egisto*, a quien enviamos a Hermes* para advertirle que no pretendiera a Clitemnestra*, la esposa de Agamenón*, ni tramara junto con ella la muerte del rey, puesto que su sobrino Orestes* tomaría venganza contra su madre y su tío.
A Zeus le dolía la cabeza y él sabía que eso era señal de que su hija Atenea estaba urdiendo* algún plan. La diosa de ojos brillantes protegía a Odiseo porque él era astuto* y valiente. Ella se compadecía del héroe griego que llevaba veinte años ausente de su hogar -diez años duró la guerra de Troya y diez años llevaba vagando porque Poseidón impedía su regreso desde que Odiseo desató su ira* cuando él y sus hombres cegaron* a su hijo, el cíclope* Polifemo*.
-¡Padre, claro que merece la muerte aquél que obra contra el designio* de los dioses y los desobedece! Pero mi corazón se entristece por Odiseo que lleva muchos años lejos de su reino y de su familia. La ninfa Calipso, hija de Atlas* lo retiene en su boscosa isla contra su voluntad y él, que solamente desea regresar a su patria*, desea morir. ¿Por qué sientes rencor hacia Odiseo? ¿Acaso te olvidas de que te era grato cuando ofrecía sacrificios en tu honor?
-Hija mía, ¿cómo podría olvidarme de Odiseo que sobresale entre los mortales por su astucia* y ha hecho ofrendas agradables a los dioses? Es Poseidón quien impide su regreso. ¡Pensemos cómo planear su vuelta a su hogar! Y mi hermano, el dios de los mares, no podrá oponerse a la voluntad de todos los dioses.
-Entonces, padre supremo, propongo que enviemos a Hermes*, el dios mensajero, para que ordene a Calipso liberar a Odiseo y permitir que regrese a su hogar. Mientras tanto, yo bajaré a Ítaca a infundirle valor a Telémaco para que convoque en asamblea a los aqueos* y viaje a Esparta* y a Pilos* para que pregunte acerca del destino de su padre.